Érase una vez una gran empresa con muchos trabajadores. Cada uno de ellos se dedicaba a una labor diferente y todos tenían conocimientos similares relacionados con la Experiencia del Cliente. Algunos se dedicaban a la atención, otros gestionaban reclamaciones, mientras otros desempeñaban labores de Back office. La protagonista de este cuento tenía 23 años cuando apareció en la empresa allá por el año 2010. Se incorporó como miembro de un departamento de Atención que básicamente se encargaba de atender llamadas de técnicos que hacían las instalaciones telefónicas.
En este departamento se gestionaba de todo y el ambiente entre compañeros era increíble, gracias en parte al curso de formación de 1 mes que habían recibido previamente y que les había ayudado a generar lazos de confianza. Pasaron los días, años, y nuestra protagonista iba aprendiendo a la par que cambiaba de departamento, hasta que llegó a “Fusión”, lo que marcaría un antes y un después en su carrera dentro de esta gran multinacional.
Fue pasando el tiempo y aparentemente todo iba bien. Se sentía bien tratada y la relación con sus compañeros era estupenda… los momentos de risas, las anécdotas, la hacían sentir muy a gusto. Sin embargo, nuestra protagonista sentía que profesionalmente necesitaba avanzar y algunos días, mientras conducía de camino al trabajo, lloraba desconsoladamente al sentir que debía cambiar su rumbo profesional.
En esas estaba cuando, un día cualquiera, entró a su trabajo y un cartel en el tablón llamó su atención. La empresa le ofrecía la oportunidad de transformarse. Se trataba de especializarte en Automatización, y las plazas era limitadas. En ese momento un escalofrío recorrió toda su espalda y no dudó ni un momento en presentarse.
En esas semanas hasta que los reunieron y los informaron de los detalles del proceso, fueron momentos de nervios, ilusión, era un nuevo comienzo para ella y para todos los que se embarcaron en esa aventura. El día que se publicó el listado de seleccionados, era pura felicidad para aquellos que decidieron darse la oportunidad de cambiar.
Y llegó el 5 de junio de 2019, el primer día de curso.
Todos súper motivados, ilusionados. VALIENTES les llamaban 😊 y así, precisamente, era cómo se sentía nuestra protagonista. Y es que el cambio no fue fácil, era un mundo totalmente nuevo, era un mundo digital, lleno de códigos, de flechas, de cálculos, etc…, pero, aun así, la emoción y las ganas pudo con todas las dificultades.
Concluyó el curso y después las vacaciones, y llegó el día de incorporarse a su nuevo trabajo. Ese día de camino a la oficina no había lágrimas, sino mucha ilusión. Comenzó su primer proyecto con la ayuda de todos y cada una de las partes que formaban ese equipo. Estaba subida a un barco liderado por un gran capitán, que les seguía muy de cerca para demostrarles que creía en cada uno de ellos. Lejos del trabajo más individualista que desempeñó en el pasado, ahora la contribución de cada compañero era vital para que el resultado del trabajo fuera impecable. Todos tenían algo que aportar.
Hoy en día nuestra protagonista, junto con sus demás compañeros, sigue trabajando en la empresa que la retó a transformarse. Ahora dedicada a la Consultoría, revisa las operaciones de los clientes para mejorarlas y hacerlas más eficientes. Y lo mejor, sus ganas siguen intactas desde aquel 5 de junio en que la vida les cambió a esas 40 personas que fueron capaces de dar un giro de 180º.
Maravilloso relato de salto al vacío. Me enorgullece muchísimo ser tu compañero y de vez en cuando compartir proyecto , no sólo por tu trabajo y dedicación, sino por todo eso de más que le echas a la vida, ese arte solamente tuyo. Gracias por tus palabras tanto de testimonio como de esperanza. Ya sabemos que si se quiere ( y ves la oportunidad) se puede.
Impaciente por leer más cosas tuyas, compañera
Irene muchas gracias por poner en palabras todo lo que sentimos cuando decidimos apostar por el cambio en el 2019, gracias por expresarlo tan bien, no es nada fácil contar todo lo que sentimos aquellos días. Una primavera que empezó como un sueño y un verano duro en el que pusimos toda la carne en el asador.
Una gran historia que muestra que la transformación digital comienza en las personas.
Cuando las empresas evolucionan, está en nuestras manos avanzar con ellas, aprender y adaptarnos a los cambios.
¡Felicidades por el relato y la apuesta que hicisteis!
Una gran historia de superación y de Transformación Digital. ¡Gracias por compartirla!
Sin duda, las ganas y la ilusión hacen cualquier proyecto alcanzable! Gracias por compartir tu experiencia que seguro sirve de referencia a muchas personas que buscan transformar su día a día!
Fantástico¡¡¡¡ fiel realidad donde todos nos vemos reflejados. Enhorabuena¡¡ ahora a por el siguiente¡¡¡. Un abrazo