Biccoca es una ciudad italiana ubicada a las afueras de Milán donde tuvo lugar la Batalla de Biccoca (1522), interviniendo en la contienda un conglomerado de países: República de Venecia (Dux veneciano), la guardia suiza, el Reino de Francia (Francisco I de Francia) en contra de los intereses del Imperio Español, liderado por el emperador Carlos V. En la batalla, franceses, venecianos y suizos iban con armaduras tradicionales, mientras que el ejército español se atavió con arcabuces, un arma de fuego parecida a un fusil, que se disparaba prendiendo la pólvora mediante una mecha móvil colocada en la misma arma.
El resultado fue rápido y letal. En poco tiempo, el ejército suizo quedó destrozado, sin siquiera haber entrado en contacto con el ejército enemigo. Y así, como quien no quiere la cosa, la revolución militar estaba servida. Quedaba en evidencia que la combinación tradicional de cuadros de picas y caballería pesada, quedaba obsoleta, y las armas de fuego llegaban para quedarse como las estrellas más relucientes de las batallas.
Analicemos lo que ocurrió y qué tiene que ver con nuestra Transformación Digital
La ciencia militar estaba cambiando rápidamente al igual que hoy en día lo hace la Tecnología. Los objetivos están claros: optimizar procesos, mejorar la competitividad y ofrecer un nuevo valor añadido a los clientes. Como ocurrió en Biccoca, nos enfrentamos a un choque tecnológico. Franceses y venecianos iban con armadura, porque hasta entonces, les había servido para alcanzar el éxito. Los españoles apostaron por innovar, y atacar sin entrar en el cuerpo a cuerpo, empleando tecnología militar puntera del siglo XVI: arcabuces, manejados por un nuevo segmento militar, los arcabuceros. La velocidad de adopción de este nuevo útil castrense, resultó ser una cuestión de supervivencia.
Repasemos el caso Kodak©
Viajemos en el tiempo 500 años más tarde, una de las empresas tecnológicas más punteras del siglo pasado, Kodak, tenía el 90% del mercado de películas fotográficas en Estados Unidos, y el 85% de las cámaras vendidas eran suyas. Pero se durmió, quién sabe si por pecar de prudente o por falta de visión de su dirección. La cuestión es que ellos habían sido los inventores de la fotografía digital en 1996, pero no les pareció viable y la descartaron. Tenía un gran competidor que no supieron ver, el Smartphone. Este dispositivo cubría con creces la necesidad, no solo de tener cámaras de película, sino de cámaras en general, a la vez que disponía de juegos, Internet… A pesar de contar con grandes ventajas competitivas: su marca, su liderazgo y la preciada gestión temprana de una oportunidad, se aferraron al modelo tradicional. Así, sus competidores les tomaron la delantera: Canon, Sony o Nikon, apostaron por la fotografía digital, y cuando Kodak quiso recular, ya era tarde. 130 años de liderazgo no le sirvieron para nada.
El aprendizaje que podemos sacar es sencillo: cuando una empresa en su entorno deja pasar un cambio digital, alguien llega y le ocupa su sitio. Antes hablábamos de velocidad…
*Nota: El éxito español en la batalla se ejecutó de una forma tan fácil que ha quedado para la memoria el nombre de Bicoca, definida en el diccionario como: “Cosa que se considera buena y que se consigue por poco dinero o con poco esfuerzo”, o “Situación ventajosa o favorable”, dando lugar a la expresión “esto es una bicoca”, que utilizamos cuando hablamos de gangas.