Hay una señora en Linkedin que cree que me voy a divorciar, y desde entonces vivo sin vivir en mí, como diría Santa Teresa de Jesús. ¿Será mi foto de mi perfil? ¿Serán los contenidos que comparto? ¿Será que la buena mujer ha realizado un exhaustivo estudio de mercado que le lleva a la conclusión de que las mujeres de Madrid de entre 30 y 40 años dedicadas al Marketing o similar, son más propensas a separarse? El caso es que no lo sé, pero esta misma noche hablo con mi marido por si hay algo que yo no sepa.
Esta “coach” para divorciadas en potencia, que merece todo mi respeto, me ha mandado un mensaje privado a través de Linkedin en el que me dice textualmente (para mantener la privacidad de la remitente, he modificado su identidad):
Bajo mi punto de vista, la estrategia de disparar a todo lo que se mueve, y mandar mensajes clonados a un target tan mal segmentado, es una mala praxis de libro. Es una mala práctica hasta cuando mis amigas me felicitan por Whatsapp la Navidad con mensajes refritos que mandan a toda su lista de contactos, pues imagínate si tienes una intención comercial implícita. Pienso que incluso si yo fuera una cliente potencial de Peppa, me ofendería su acercamiento. De acuerdo que, si me meto en su pellejo, es una acción de Marketing a coste CERO, pero ¿Linkedin no era para otra cosa?
¿Para qué sirve Linkedin entonces? ¿Se puede usar con fines comerciales directos?
A lo primero y siendo simplista, Linkedin sirve para mostrar tus coordenadas en el mundo profesional. Si trabajas bien tu presencia en esta red, ayuda a crear marca personal. Además, a las empresas que tienen sus perfiles en esta red les ayuda a contar sus historias a su público, además de las opciones que ofrece en cuanto a búsqueda de talento.
A lo segundo, mi respuesta es sí, pero con matices. Linkedin, como el resto de las redes sociales, ha evolucionado. Unas nacen y mueren (¿os acordáis de Tuenti?), otras se mantienen, aunque pierdan interés (¿Facebook?), y otras viven sus momentos felices en la incertidumbre de cuándo llegará otra que guste más (¿Instagram?). Fruto de esta evolución, diría que sí, que hoy Linkedin se puede usar con fines comerciales directos aprovechando, por ejemplo, su herramienta de InMail de Sales Navigator, que te permite enviar mensajes privados a cualquier miembro de LinkedIn sin necesidad de presentaciones ni información de contacto. Sin embargo, si la vas a usar así, por favor ten en cuenta 4 cosas:
1) La personalización. No me “spammes” por favor, porque esto me cabrea mucho. A mí y cada a vez a más gente. Conóceme un poco antes.
2) Cúrratelo. Se original. Dedícale un rato a preparar el mensaje, el asunto, el momento para enviarlo…
3) Humildad y honestidad. Como en cualquier faceta de la vida, son valores que siempre se agradecen. Seguro que crees que tu producto/servicio es la leche y que poco menos que eliminará el hambre en el tercer mundo, pero quizá a mi no me lo parezca.
4) Valora mi tiempo, valora también el tuyo. Sé que todo se cuenta mejor cara a cara, pero el tiempo es finito y hay que destinarlo a cosas productivas. Si soy vegana, no tendré ningún interés en la excelsa calidad de tu carne de ternera, por muy asturiana que sea. Antes de pedirme una “cita”, ¿qué tal sí me preguntas primero qué necesito?
Volviendo a la estrategia de Marketing de Peppa, tengo mucha curiosidad por conocer detalles de cómo la ideó, y, sobre todo, sí le está funcionando. Yo me la juego y digo que NO. ¿Tú que opinas?